por Daniel Keyes

30 de Junio

Ha pasado una semana desde la última vez que escribí. Esto se desliza como arena a través de mis dedos. La mayor parte de los libros que tengo me resultan ininteligibles ahora. El comprobarlo me pone furioso porque sé que hace unas semanas los leía y comprendía perfectamente.
No ceso de decirme a mí mismo que tengo que continuar escribiendo informes a fin de que alguien pueda saber lo que me está ocurriendo. Pero resulta difícil formar las palabras y recordar como se escriben. Ahora tengo que consultar en el diccionario incluso palabras sencillas y esto me pone nervioso.
El doctor Strauss viene por aquí casi todos los días, pero le he dicho que no quiero ver ni hablar con nadie. Se siente culpable. Todos ellos se sienten culpables. Pero yo no le reprocho nada a nadie. Pero resulta muy doloroso.

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